sábado, 25 de febrero de 2012

Remedio


El escritor, desesperado, contaba con preocupación sus síntomas.

―Paso horas sentado y no me sale nada. Por más que pujo, ¡nada! Y de tanto intentarlo, termino con las piernas entumidas, el estómago adolorido, las manos temblorosas, ¡y la cabeza a punto de estallar!

Con actitud afable, el doctor escuchaba mientras le escribía al mismo tiempo una receta. Al terminar y entregársela, éste le dijo con voz segura.

―Tranquilo, buen hombre; que he visto ya muchas veces su enfermedad y puede estar seguro que tiene cura. Sólo debe ir a la farmacia por la medicina y tomarse dos cucharaditas cada seis horas durante tres días. Verá que después de eso, ¡estará como nuevo!

Sin decir adiós, el escritor se dirigió corriendo hacia la farmacia, para pedir lleno de júbilo el remedio a su falta de inspiración.

―¡Me da dos sopas de letras, por favor!

No hay comentarios: